¿Quién dijo miedo?
El miedo influye de forma significativa en nuestras vidas.
Nos lleva a decisiones no deseadas con el fín de evitar que haga acto de presencia.
Si es incontrolable produce crisis de ansiedad y ataques de pánico que derivan en situaciones de angustia generalizada.
Efectos psicosomáticos fruto de la guerra fraticida entre la mente y el cuerpo.
(Oscar M.)
Deseo domar mis temores y trato de llegar a una tregua con mis miedos.
No siempre obtengo el resultado esperado.
Las más de las veces los reconozco, que ya es de medalla.
Pero es entonces cuando mirándoles a la cara surgen nuevas inquietudes que me vuelven más vulnerable y huidiza, creándose un círculo vicioso que en ocasiones parece inquebrantable y que nos desarma en cuestión de segundos.
No siempre es posible enfrentarse a "Mr. Afraid" y vencerlo.
Al menos mi esencia no siempre gana esa batalla.
Pero he llegado a la conclusión de que tal vez, la resolución sí sea que ante una amenaza ponga sobre el papel las posibles consecuencias y así no permita que mi imaginación genere monstruos sin perspectiva..
Debe bastarme con saber que él siempre está ahí pero con ese escudo como bandera que le recuerda que sólo puede ejercer cierta misión defensiva.
¿Pero sabes qué? No voy a permitir que el miedo en ningún momento sea el protagonista de mi vida. Para ese único papel ya estoy yo: eeeeeesa actriz que progresa!!!
Hoy hemos leído en clase el cuento "Juan sin miedo". Ese cuento ha desencadenado este post.
He vivido instantes emocionantes con mis 23 angelitos, unas veces, vampiros chupa sangre-energía, las otras...
"Juan era un chico que no conocía el miedo. Pasa mil aventuras y peripecias pero no consigue saber qué es sentir miedo. Solamente al final del cuento, cuando se casa con la princesa y todo funciona perfectamente es cuando siente temor por primera vez. Hasta ese momento Juan no tenía nada y por tanto no tenía por qué temer. Sin embargo, cuando nace su amor por la princesa, con él nace también el miedo a perderla."
Para superar los miedos lo mejor es centrarse en la llamada motivación trascendente, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos.
Porque quizá no se pierda/sufra/frustre si uno no se arriesga, pero desde luego tampoco se gana/disfruta/consigue algo mejor o más valioso.
A estas reflexiones llego a través de ti
Las aprendo en todos esos instantes en los que percibo que con la sabia palabra como medio y tu inmenso cariño como arma, consigues que vea la luz...