miércoles, abril 09, 2008

Deseo, deseo...


El deseo trabaja como el viento. Sin esfuerzo aparente. Si encuentra las velas extendidas nos arrastrará a velocidad de vértigo. Si las puertas y contraventanas están cerradas, golpeará durante un rato en busca de las grietas o ranuras que le permitan filtrarse. El deseo asociado a un objeto de deseo nos condena a él. Pero hay otra forma de deseo, abstracta, desconcertante, que nos envuelve como un estado de ánimo. Anuncia que estamos listos para el deseo y sólo nos queda esperar, desplegadas las velas, que sople su viento.
Es el deseo de desear.
(Saber Perder, David Trueba)

Hoy, uno de mis pupilos de 7 años ha respondido cierta perlita (que estoy corrigiendo ahora y me acaba de emocionar en grado sumo) en una ficha creativa que hemos elaborado tras una animación lectora en la que se hablaba de alcanzar sueños y deseos:

¿Qué deseo querrías ver cumplido?
"Deseo que mis padres no dejen nunca de darse besos".
Mario, prepárate; mañana la teacher te deja marcadita esa preciosa cara..

miércoles, abril 02, 2008

Don´t stop, hold me tight..



But in my arms till break of day
Let the living creature lie,
Mortal, guilty, but to me
The entirely beautiful.

(W.H. AUDEN, Lullaby)

(Dejad que en mis brazos hasta el alba, / Repose la criatura viviente, /
Mortal, culpable, pero para mí, / Absolutamente hermosa.)




Gracias por permitirme reposar en tus brazos más allá del alba